Muchas veces nuestra persona favorita en el mundo somos nosotros mismos, nos cerramos en esa idea y nos convencemos de que nada sale como deseamos si no lo hacemos nosotros mismos, que no queremos discutir con otras personas por alguna decisión, o en el peor de los casos llegamos a la loca idea de que no necesitamos a nadie. Esta idea es muy común y de hecho muchas personas la mantienen como lema personal para avanzar en su vida, y no digo que esté mal pero a mi forma de ver es algo incongruente, ya que todos necesitamos a alguien más para construir nuestro sueño, de forma directa o indirecta, el entorno influye en nuestras decisiones, conocimientos y nos cambia la vida a diario.
En la vida laboral pienso que es bastante importante la interacción personal con nuestros compañeros, siempre hay algo que aprender de la persona que está sentada a su lado y que en muchas ocasiones no sabemos ni la fecha de su cumpleaños, una buena interacción de equipo no solo forma lazos de amistad, sino que ayuda a fortalecer los resultados como tal, ¿A quién no le ha pasado que tiene una idea maravillosa y cuando la dice en voz alta no está tan formulada como creía? ¿O quién no ha necesitado discutir algún detallito antes de terminar con su trabajo?
Un trabajo en equipo es la base para un buen resultado, me he dado cuenta que ninguna labor me queda tan completa y bien hecha como cuando la realizo en equipo, porque poco a poco nos complementamos, un equipo disperso hace su trabajo bien cada uno a su manera, y luego, cuando hay que unirlo, sencillamente es un desastre; por eso me atrevo a recomendarle, conozca a su compañero, pregúntele qué hará el fin de semana, invítelo a un café, dese la oportunidad de aprender de él, personal, laboral y espiritualmente, regálese una risa en medio de tanto papeleo, no se quede con los problemas, compártalos que quizá él ya tenga la solución, enamórese de lo que hace y con quién lo hace, forme un equipo y hagan lo mejor que puedan.
La vida me dio la oportunidad de participar en este gran proyecto, a hacer parte de esta familia que es la Constructora 1A y le doy gracias todos los días al cielo por haberme topado con gente tan maravillosa y sobre todo, por permitirme poner mi granito de arena para construir los sueños de tantas personas. Porque de cierto modo, si usted está leyendo esto y siente que usted solo puede tragarse al mundo entero, recuerde que un muy buen equipo de trabajo hizo hasta lo imposible por darle forma a lo que ahora con mucho amor usted llama o llamará hogar.
Por: Elizabeth Jaramillo
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